La Fascia lo conecta todo, como un cierre mágico (Velcro®) que mantiene cada parte en su lugar. Al mismo tiempo la Fascia mantiene la organización del cuerpo, creando diferentes compartimientos y niveles, para que, por ejemplo, lo que pertenece a la espalda se quede en la espalda, o lo que es del cuello, se quede en el cuello.

La Fascia permite el deslizamiento adecuado entre las estructuras, como un lubricante en las ruedas de un engranaje. Esto permite que los músculos puedan trabajar de manera independiente o simultáneamoent según sea necearios y permite que los órganos pueden tener su motilidad.

Permite la distribución de las cargas a través del cuerpo y la transmisión de fuerzas de los músculos para que podamos movernos.

Nuestra postura depende de la integradidad de este sistema, de la adecuada tensión del mismo, ya que estabiliza las articulaciones y al mismo tiempo crea el espacio para que podamos movernos.

La Fascia tiene un papel fundamental en la manera en cómo sentimos nuestro cuerpo (propiocepción), ya que contiene la mayoría de los receptores que informan a nuestro sistema nervioso sobre dónde están las diferentes partes del cuerpo y cómo se mueven unas en función de otras, para que podamos tener equilibrio y coordinar los movimientos.